Cristhina Llerena, profesora visitante de Economía, habla sobre las políticas sociales en Ecuador, y las contextualiza en América Latina.
Por Aldo Chávez. 11 julio, 2013.Cristhina Llerena es profesora visitante de la Universidad de Piura. Es ecuatoriana y dicta clases en el programa académico de Economía; tiene un Máster en Econometría (Universidad Torcuato di Tella) y un Máster en Finanzas (Universidad de Chile). En su país, trabaja en la consultora Económica–Centro de Investigación Cuantitativa para el Desarrollo Económico y Social, en donde ha realizado diversos proyectos con el gobierno ecuatoriano. En esta entrevista, cuenta detalles de las investigaciones hechas en su país y las relaciona con el contexto latinoamericano.
¿Qué errores cometen los gobiernos en sus programas sociales?
Se repiten problemas de focalización, los cuales se producen por errores en el diseño de los proyectos o porque las técnicas usadas no permiten una correcta focalización.
Por ejemplo, en Ecuador hay un programa que se llama Fondo de Desarrollo Humano (algo similar a Pensión 65 de Perú), que se entrega a las personas de niveles económicos bajos, quienes deben cumplir ciertos requisitos. Hay dos maneras para adquirir este bono: presentando evidencia que demuestre que se tiene el perfil de una persona necesitada; o a través de una encuesta realizada por el Gobierno para, en función de los resultados, definir qué personas cumplen el perfil.
Sin embargo, se dan casos en los que, pasado un tiempo, una persona que recibía el fondo mejora su situación económica, pero sigue recibiendo la ayuda económica del gobierno. Hacerle el seguimiento a este tipo de casos es muy costoso y muchas personas se benefician sin merecerlo. Las técnicas para hacer este proceso requieren mucha inversión y, muchas veces, los gobiernos no invierten en ello y no “limpian” periódicamente sus bases de datos.
Es decir, se suele descuidar la etapa de seguimiento de los proyectos…
En ocasiones se descuida el feedback en la ejecución de los proyectos y su seguimiento. La experiencia que tengo en Ecuador, es que el gobierno sí ha hecho esfuerzos por recabar información para conocer el estado de los proyectos; es decir, para saber si tuvieron el impacto planteado en los objetivos iniciales.
Siendo objetiva, debo resaltar también el esfuerzo que ha hecho mi país para aumentar el gasto social, lo cual contribuye en el bienestar de las personas; sobre todo, de los más vulnerables.
Desde su área de investigación, ¿en dónde deben centrarse las políticas de desarrollo en América Latina?
Hay muchos retos, pero desde mi campo profesional, que es la investigación social, observamos que lo primordial es seguir disminuyendo la pobreza y aumentar niveles de educación, lo cual servirá para hacerle frente a la desigualdad. Las oportunidades deben ser las mismas para todos: el mismo acceso a salud, educación y bienestar. El reto en América Latina es construir países más equitativos.
Además, un hecho común que apreciamos en los proyectos que investigamos es que, para disminuir los niveles de pobreza, es fundamental la correcta distribución de los impuestos y el gasto social. El gobierno tiene que detectar cuáles son los canales más idóneos para estas acciones.
El crecimiento económico debe sentirse en todos los niveles…
Eso es muy importante. Los gobiernos deben seguir invirtiendo en educación, pues ésta genera movilidad social. La universalización de la educación es básica porque es el único instrumento que contribuye a que las oportunidades sean iguales para todos sin importar el lugar de nacimiento o condición.
La salud es otro sector clave para el desarrollo social, y va de la mano con la educación; por ejemplo, los niños desnutridos siempre tendrán menor rendimiento en el colegio. Por eso, los gobiernos deben centrar sus proyectos no solo en un ámbito, sino en toda una plataforma de sectores.